100 años de HISTORIA
La presencia de las MM Religiosas Reparadores del Sagrado Corazón en Burgos tiene su origen con la fundación en el año 1922, al año siguiente el Colegio empezó a funcionar con niños de Párvulos y enseguida con alumnos de Primaria.
El Colegio Jesús Reparador tal como lo conocemos actualmente, fue derribado en el 1968 y en el mismo solar se construyó el nuevo Colegio de estructura moderna.
Actualmente impartimos los Niveles Educativos de Educación Infantil, E.P.O, E.S.O y Bachillerato.
Regentamos una residencia estudiantil y un internado para atender las necesidades de la sociedad actual.
Rasgos de identidad
Nuestro Colegio pretende una formación personalizada que propicie una educación integral, en conocimientos, destrezas y valores de los alumnos en todos los ámbitos de la vida personal, familiar, social y profesional.
Esto se concreta en las siguientes acciones educativas que nos comprometemos a llevar a cabo:
Nuestro Centro atiende de manera especial el desarrollo de las capacidades creativas y del espíritu crítico.
Este rasgo de identidad orienta las siguientes intenciones educativas:
MADRE TERESA
MADRE TERESA DEL SAGRADO CORAZÓN (Rosa Mercedes de Castañeda y Coello) nació en Lima (Perú) el 8 de Agosto de 1856.
Desde su temprana edad, sintió ardientes deseos de santidad. Después de consagrar su vida enteramente al Señor, descubrió que la llamaba a una acción más grande.
Su misión sería fundar una Congregación religiosa dedicada a la Reparación, al servicio y atención a nuestros hermanos.
El día 17 de Marzo de 1895 el Papa León XIII le bendecía, durante una audiencia privada, el proyecto de fundación.
Un año más tarde, en la misma fecha, en la ciudad de Lima nacía el nuevo Instituto, dedicado a la Reparación como respuesta al amor del Corazón de Jesús. La Adoración Reparadora ante el Santísimo Sacramento había de ser la obra principal de las “Religiosas Reparadoras del Sagrado Corazón” y las obras de Apostolado sería su complemento.
Su intención de contribuir a una mejor sociedad le llevo a abrir pequeñas escuelas para niños en las que con mucha dedicación personalizada y amor les procuró una formación integral.
El amor a la Santísima Virgen fortaleció la obra de Madre Teresa desde los albores de su existencia. Le encantaba la advocación de Nuestra Señora de la Esperanza e intentó despertar ese cariño en los niños de nuestras primeras escuelas.